junio 13, 2011

La Confusión y el Dato Estable

Una confusión puede definirse como cualquier conjunto de factores o circunstancias que no parecen tener solución inmediata alguna. En términos más amplios, una confusión es movimiento fortuito (al azar).
Si estuvieras en medio de un tráfico intenso, es posible que te sintieras confuso por todo el movimiento que pasa zumbando a tu alrededor. Si estuvieras en medio de una fuerte tormenta con hojas y papeles volando a tu alrededor, es probable que te sintieras confuso.

¿Es posible comprender realmente una confusión? ¿Existe una "anatomía de la confusión"? Sí, existe.
Si fueras el encargado de una centralita telefónica y tuvieras diez llamadas llegando a su centralita a la vez, podrías sentirse confuso. Si como capataz de un taller tuvieras tres emergencias y un accidente al mismo tiempo, podrías sentirte confuso.

¿Hay alguna solución para estas situaciones?
Una confusión sólo es una confusión mientras todas las partículas están en movimiento. Una confusión sólo es una confusión mientras ninguno de sus factores se defina o se entienda con claridad.
La confusión es la causa básica de la estupidez. Para la persona estúpida todo es confuso, excepto las cosas más sencillas. Por consiguiente, si conociéramos la anatomía de la confusión, seríamos más inteligentes, sin importar lo inteligentes que seamos ahora.

Si alguna vez has tenido que enseñar algo a un joven ambicioso pero no muy inteligente, entenderá bien esto. Trata de explicarle cómo funciona algo. Se lo dices una y otra vez, y lo dejas actuar por su cuenta y pronto provoca un verdadero lío. "No entendió", "no lo captó". Tú puedes simplificar su propia comprensión de la incomprensión del joven diciendo con mucha razón que "él estaba confuso".

Cuando la educación fracasa, en el 99 % de los casos se debe a que el estudiante estaba confuso.
No sólo en el ámbito del trabajo, sino en la vida misma, cuando el fracaso está a nuestras puertas, éste se origina, de una manera u otra, en la confusión. Para aprender cómo funciona una máquina o para vivir la vida, la persona debe ser capaz de hacer frente a la confusión o desbaratarla.

La Doctrina del Dato Estable.
Si vieras una gran cantidad de trocitos de papel volando en una habitación te parecerían confusos hasta que eligieras uno y considerara que todos los demás se estaban moviendo con respecto a ése. En otras palabras, un movimiento confuso puede entenderse al concebirse que un elemento carece de movimiento.
En un flujo de tráfico, todo sería confusión a menos que concibieras que un automóvil no se mueve en relación a los demás y de esa manera vieras a los demás en relación a él.

El encargado de la centralita que recibe diez llamadas a la vez resuelve la confusión señalando, correcta o incorrectamente, una llamada como la primera que va a recibir su atención. En cuanto decide qué llamada contestar primero, la confusión de las diez llamadas se reduce de inmediato. El capataz de un taller que se enfrenta a tres emergencias y un accidente, sólo necesita elegir lo primero que recibirá su atención para iniciar el ciclo de acción que vuelva el orden de nuevo.
La confusión continuará hasta que uno seleccione un dato, un factor, un aspecto particular en una confusión de partículas. Lo que se selecciona y se usa se convierte en el dato estable para todo lo demás.
Todo cuerpo de conocimiento, de manera más particular y exacta, se construye a partir de un dato. Ése es su dato estable. Si se lo invalida, todo ese conocimiento se desintegra. Ahora bien un dato estable no tiene por que ser un dato correcto. Simplemente es el que evita que las cosas se vuelvan confusas y respecto al que se alinean los demás.
Ahora bien, si el jefe del taller, al enseñarle a un joven ambicioso cómo utilizar una máquina, no logra hacer que entienda las instrucciones, la razón es que no tenía un dato estable.

En primer lugar, el jefe debió hacer que entendiera un hecho; al captarlo, habría podido captar los demás. Por consiguiente, la persona es estúpida o está confusa en cualquier situación que provoque confusión hasta que comprende plenamente un hecho o un elemento.

Aunque las confusiones parezcan grandes y difíciles de superar, se componen de datos, factores o partículas. Tienen partes. Comprende una a fondo y localízala por completo. Después analiza cómo las demás actúan en relación a ella. Habrás traído estabilidad a la confusión y, al relacionar otros elementos con el que has comprendido, pronto podrás dominarla por completo.
Al enseñarle a un muchacho a trabajar con una máquina, no le lances un torrente de información para después señalar sus errores; eso es una confusión para él, y le lleva a responder de manera estúpida. Encuentra un punto de entrada a su confusión, un dato. Díle: "Esto es una máquina".
Tal vez se lanzaron todas esas instrucciones a una persona que no tenía verdadera certeza, ni un verdadero orden de existencia. Díle: "Esto es una máquina". Y luego, haz que esté seguro de eso. Haz que la sienta, que la toque, que mueva sus partes. Díle: "Esto es una máquina". Y te sorprenderá el tiempo que se puede necesitar para hacer esto, pero también te sorprenderá al ver como aumenta su certeza.

De todas las complejidades que él debe aprender para hacerla funcionar, en primer lugar debe conocer un dato. Ni siquiera es importante cuál es el dato que él aprenda bien primero. Más allá de esto, es mejor enseñarle un dato fundamental que sea sencillo. Puedes enseñarle lo que la máquina hace, puedes explicarle el producto final, puede decirle por qué él fue seleccionado para trabajar con esta máquina. Pero debes hacer que un dato fundamental esté claro para él, de otra manera se perderá en una confusión.

La confusión es falta de certeza. La confusión es estupidez. La confusión es inseguridad. Cuando pienses en falta de certeza, en estupidez, en inseguridad, piensa en la confusión y la habrás entendido por completo.

Entonces, ¿qué es certeza? Certeza es ausencia de confusión. ¿Qué es inteligencia? Capacidad para manejar la confusión. ¿Qué es seguridad? Habilidad para pasar a través de la confusión, rodearla, o poner orden en ella. La certeza, la inteligencia y la seguridad son ausencia de confusión o habilidad para manejarla.
¿Cómo se relaciona la suerte con la confusión? La suerte es la esperanza de que una casualidad al azar nos saque de problemas. Depender de la suerte es abandonar el control. Es apatía.

Fuente:  LA "DOCTRINA" DEL DATO ESTABLE por RONALD HUBBARD

No hay comentarios:

Publicar un comentario