A veces los trabajadores
llevan insignias que les concede acceso a las áreas específicas, inclusive a sus
jefes se les impide entrar, pero la sección más celosamente protegida es
el laboratorio de Jonathan Ive es el de
diseño, al que sólo un puñado de personas tienen acceso. Los trabajadores
asignados a altos niveles firman acuerdos de confidencialidad de los proyectos
que les impide hablar con nadie sobre el asunto. Los participantes en los
eventos de lanzamiento se les asigna una marca de agua a las copias en papel de
un folleto titulado "Reglas de la carretera", que ilustran los hitos
previos a la puesta en marcha, pero con una advertencia legal severa que si el
libro es compartido con la persona equivocada, el culpable será despedido.
El cofundador de Apple,
Steve Jobs, se dice que ha ido aún más lejos con los ejecutivos, señalándoles
en las reuniones que "Todo lo que reveló en esta reunión se traducirá no
sólo en la terminación del proyecto, pero también en la persecución en mayor
medida que nuestros abogados puedan realizar si se divulga ilegalmente. "
Los subordinados son los
que supuestamente recuerdan a los ejecutivos de la publicidad que antes de que
los productos Apple sean lanzados que vale millones de dólares, y que cualquier
exposición de los secretos de Apple se traducirá en un disparo del sistema.
Un ex empleado describe a
Apple como "la ultima necesidad para conocer la cultura", donde la
confianza no se asume. "Es muy probable que usted no tenga idea de lo que
está pasando, y no es como que se va a preguntar", dice la persona.
Si la idea, no ha sido
revelada a usted, entonces, literalmente, no es asunto suyo. Lo que es más, su
tarjeta de identificación, que usaba para ingresar a las áreas en particular
antes de la nueva construcción, ya no funciona en esos lugares. Todo lo que
podemos suponer es que un nuevo proyecto, altamente secreto está en marcha, y
no está en el extremo del saber, de la
historia.
Apple, también emplea
posiciones ficticias, donde se contrata personas sin saber lo que realmente van
a realizar. Un ejecutivo de marketing de producto durante los años primeros del
iPhone, Bob Borchers, señala a otros nuevos empleados de Apple que simplemente
no voy a decir lo que está involucrado, lo cual puede traer problemas en las
sesiones de orientación. "Te sientas, y se comienza con la mesa redonda
habitual de quién está haciendo qué", explica. Y resulta que la mitad de
la gente no puede decir lo que están haciendo, porque es un proyecto secreto al
que han llegado contratados.
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