octubre 01, 2012

El misterio del origen de los rayos

Es importante señalar que estando en pleno siglo XXI, hasta ahora no tenemos un real conocimiento de como se genera un rayo durante una tormenta.

Recordemos, Benjamin Franklin fue uno de los primeros en investigar como se originan los rayos. Definitivamente él estaba en lo cierto al concluir que el rayo es una descarga eléctrica natural (eran los primeros días del aprovechamiento de la electricidad), pero no está claro si su famoso experimento del cometa y la llave de 1752, no fue mas más allá de una mera idea.

Lo curioso es que no se ha hecho mas desde aquel experimento de Franklin. Todavía no se está de acuerdo, por ejemplo, como una nube de tormenta genera electricidad. De alguna manera los movimientos del aire, gotitas de nubes y precipitación (inclusive el hielo generado a esa altitud) conspiran para separar la carga positiva de la carga negativa en la escala de moléculas individuales. Parece que las partículas de hielo adquirieren carga eléctrica al colisionar, más bien como frotamiento puede inducir la electricidad estática, y que las partículas de hielo de alguna manera más pequeñas tienden a ser cargadas positivamente, mientras que las más grandes se cargan negativamente. Mientras que las partículas pequeñas son llevadas hacia arriba por corrientes de convección, los más grandes se hunden en virtud de la gravedad, y así sus cargas opuestas se separan, creando un campo eléctrico.

Las descargas de relámpagos son básicamente un gigantesco salto de chispa entre el "hilo conductor" y la "tierra" de un circuito eléctrico, en el que la primera es la nube cargada y el último es, literalmente, la tierra.

Si bien muchos detalles de este proceso no están del todo claros, uno de los más grandes misterios es cómo se origina la chispa. Puesto que los campos eléctricos medidos en nubarrones no parecen casi lo suficientemente grandes para inducir una descarga de rayo espontáneamente, se necesita algo para que se genere. Una idea que se esta actualmente discutiendo, es que se activen por la transmisión de rayos cósmicos a la atmósfera desde el espacio.

El generador viene de fuera del planeta: Los rayos cósmicos
Los rayos cósmicos - en su mayoría protones y electrones - impregnan el universo, que se producen en los procesos astrofísicos increíblemente energéticos como supernovas, y estás constantemente llueven sobre la Tierra. Si un rayo cósmico choca con una molécula de aire, se puede echar un chorro de partículas fundamentales y fragmentar su núcleo. Aquellos a su vez interactúan con otras moléculas, radiaciones ionizantes, y generando una ducha de electrones.

En 1997, el científico ruso Alexander Gurevich y sus compañeros de trabajo en Moscú sugirieron una forma en la que los rayos cósmicos podrían ser las semillas de rayos. En el campo eléctrico de una nube de tormenta, estos electrones son acelerados, tanto como las partículas están en un acelerador de partículas, creando colisiones aún más enérgicos en un proceso de "embalamiento" que se basa en un rayo. Este proceso se espera que produzca los rayos X y los rayos gamma también, y desde las explosiones de estos rayos han sido detectado por los satélites durante las tormentas eléctricas, con lo cual Gurevich y su idea de que los rayos cósmicos inducen los relámpagos parecía plausible.

Si la teoría de los rayos cósmicos es correcta, la avalancha de electrones también deben generar ondas de radio, las cuales serían detectables desde el suelo. Hace tres años, Joseph Dwyer, del Instituto de Tecnología de Florida comenzó a tratar de detectar estas señales de radio de tormentas, así como el uso de matrices de detectores de partículas para buscar las lluvias de partículas predichas a partir de colisiones de rayos cósmicos. Estos y otros estudios de Dwyer y otros grupos se siguen realizando (literalmente) en el Centro Internacional de Investigación y Ensayo Lightning en la base del Ejército de EE.UU. de Camp Blanding en Florida.

Encontrar las avalanchas de electrones
Los investigadores se han preguntado si el flujo de alta energía de rayos cósmicos, con su acompañante fugitivo, las avalanchas de electrones, son suficientes para aumentar la conductividad del aire y causar un impacto de rayo.

Para ello, los investigadores han trabajado a través de las ecuaciones que describen la probabilidad de colisiones de rayos cósmicos, la tasa de producción de electrones y los campos eléctricos esta induce. Las ecuaciones son demasiado complejas para ser resueltos por la mano, pero un ordenador puede procesarlos, y los resultados no se ven bien para la hipótesis de Gurevich: las fugitivas avalanchas de electrones producidos por las lluvias de rayos cósmicos no parecen capaces de producir fallo eléctrico en el aire y general la descarga del rayo.

Sin embargo, aún no se puede decir que todo está perdido. Así como las cascadas de partículas causadas ​​por colisiones de alta energía de los rayos cósmicos, la atmósfera también puede ser electrificada por los efectos de los rayos cósmicos de menor energía, que son más abundantes. Cuando éstos chocan con moléculas de aire, el resultado es nada tan catastrófico: simplemente ionizar las moléculas. Pero una gradual acumulación de tales partículas ionizadas dentro de una nube de tormenta podría, de acuerdo con estos cálculos, eventualmente producen un fuerte campo eléctrico suficiente para permitir una descarga de rayo.

Esta última posibilidad aún no se ha investigado en detalle. Pero Dwyer y sus colegas creen que deja una vía sigue abierta para los rayos cósmicos sean los motivadores que originan los rayos.

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